sábado, 26 de febrero de 2011

Sopa Paraguaya

Ingredientes:

  • 3 cebollas grandes
  • 3 tazas de agua
  • 1 cucharada de sal gruesa
  • ¾ taza de grasa de cerdo
  • 4 huevos
  • 350 grs. de queso fresco
  • 650 grs de harina de maíz
  • 1 taza de leche cuajada o nata
  • 1 cucharada de crema de leche (solo si desea)


Preparación:
Cortar finamente la cebolla. Hacerla hervir con el agua y sal durante 10 minutos, en cacerola tapada. Dejar enfriar. Batir la grasa. Agregar uno a uno los huevos, continuando el batido. Añadir el queso desmenuzado. Incorporar la cebolla con el agua en la cual se hirvió y poco a poco la harina de maíz alternando con la leche y la nata. Mezclar con suavidad y poner en una asadera grande y engrasada y enharinada. Cocinar a horno caliente durante una hora.










HISTORIA Y ORIGEN DEL NOMBRE

La anécdota histórica que ilustra con mayor precisión y quizá con más atisbos de credibilidad 
tiene como protagonistas a Don Carlos Antonio López (según los cientistas de la Historia del Paraguay, el fundador del Estado Paraguayo, gobernante que rigió los destinos de su  país entre 1841 y 1862), y a una cocinera (“machú”) de éste.

Se narra en ese episodio que el gran gobernante, obeso en grado sumo, gustaba del “
tykuetï” o sopa blanca elaborada con leche y queso Paraguay, huevo y harina de maíz, plato que era cotidianamente infaltable en su mesa.
Pues bien, un día, por un involuntario descuido, la “machú” en cuestión puso en la 
sopa más harina de maíz que la habitual con lo cual, ya bien cerca del mediodía, se encontró con dos problemas: el primero, esa no era la base del “tykuetï”, y el segundo, ya no le daba el tiempo para reiniciar su tarea o sustituir el plato favorito por algún otro.
Entonces, haciendo alarde de una decidida actitud, mezcla de temor e ingenio, vertió 
el preparado en un recipiente de hierro y lo puso a cocer en el “tatakuá” (en Guaraní, “agujero del fuego”, horno campesino hecho de barro y adobe), con lo cual obtuvo una ¡sopa sólida!, Don Carlos al probarla la halló tan sabrosa que inmediatamente la bautizó como “sopa paraguaya”.